Por Servio Peña
Reflexiona Stefan Zweig, en Novela de Ajedrez, refiriéndose a las cualidades del noble arte: “…al ser un puro juego del pensamiento desligado por completo del azar, es lógicamente un absurdo querer jugar contra uno mismo. Al fin y al cabo, el único encanto del ajedrez reside precisamente en el despliegue diferente de una estrategia en dos cerebros, en el hecho de que no sepan las negras cuál será la maniobra correspondiente de las blancas en esta guerra del intelecto, en tener que adivinarlo e interponerse, y para las blancas, el adelantarse a las secretas intenciones de las negras y contrarrestarlas”.
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